Quesillo

El Quesillo es un postre de origen venezolano que se hace a base de leche condensada. En otros países lo consideran una versión del flan español. Es un postre que nunca falta en los cumpleaños  y suele servirse como acompañante del bizcocho y la gelatina. Su nombre se debe a la gran cantidad agujeros o poros que asemejan al queso; esto último se debe a que este postre es preparado con huevos enteros, y no sólo con las yemas.

Ingredientes

• 1 lata de leche condensada mediana.
• 6 huevos.
• Leche líquida: una medida igual a la lata de leche condensada utilizada.
• ¼ de taza de agua.
• 6 cucharadas de azúcar.
• 1 cucharada de Ron o vainilla.

Preparación

Paso 1:

En una quesillera (en su defecto puedes usar una lata de galletas similares a las tipo danesa o en una olla pequeña con tapa, que puedas colocar dentro de otra más grande para cocinar a baño de María) coloca el agua y el azúcar y llévalo a fuego muy bajo de manera que se haga un caramelo dorado. Ten cuidado en este proceso de no dejar que se queme el caramelo, puesto que el mismo se tornará amargo y no servirá para el postre. Una vez se haya formado el caramelo espárcelo por todo el molde y déjalo que enfríe

Paso 2:

A continuación vierte en una licuadora la leche condensada, los huevos, la leche líquida y el Ron o la vainilla. Déjalo que se mezcle durante unos dos minutos a una velocidad baja. Esto permitirá que la mezcla se llene de aire y el quesillo quedará con bastantes agujeros una vez cocido.

Paso 3:

Vacía la mezcla en el molde donde previamente preparamos el caramelo y cocínalo a baño de María durante aprox. una hora y cuarto. Una vez que transcurra ese tiempo puedes destapar el quesillo y verificar si está listo con un palillo.

Paso 4:

Una vez listo, refrigera el quesillo de 4 a 5 horas antes de servirlo.

Como este es un postre que no tiene conservantes puedes mantenerlo en el refrigerador hasta por  6 días, más de ese tiempo no es recomendable consumirlo puesto que el quesillo podría tornarse ácido y causar indigestión.

Solo me queda desearte… ¡Buen provecho!